sábado, 3 de septiembre de 2016

La Pobre Juana

Escala mayor

Para Valeria
Una rajadura en el movimiento eterno, permanece latiendo en el transcurso.
Continentes, el universo en cada célula, posibilidad de volver  visible lo que se esfuma,
Se escabulle imperceptible.
Irrupciones, erosiones, maremotos sensacionales,
sismos en la tierra  vueltos un grito ahogado de saliva...
Continentes de todo lo que existe.
Lo humano es la grieta, a través de ella se deslizan las representaciones
Como desprendimientos,
Sonidos glaciares de lo monumentalmente quieto,
Un movimiento que perdura hasta quebrar.
Ahora el desprendimiento es irrefrenable y se desenvolverá hasta encontrar un nuevo estado continente.
La historia del mundo es ahogarse babeando por contener lo que quiere desprenderse y cambiar de cualidad, aumentando el deseo como una letanía.
No lo viste cambiar pero algo esencial se acumuló y cambió para siempre la tierra.
                                                      


El agua
En el agua, nadando sin ver, un solo ojo sumergido - agua de la confusión-.
Allí estaban aquellos otros ... yendo y viniendo cual peces escurridizos;
en el esfuerzo por trasladarme ( agua que me es ) logrando ver por debajo,
la oscuridad es el espacio sideral, una noche verdecida constelando la profundidad.

En el aula frente  a ti, los niños desatendían y se mostraban indiferentes ante mi,
me golpeaban y desmerecían, tu mirada experta observa a la distancia
como se desmorona mi integridad. Algo de lástima en impotencia
ha  desnudado algo de oscuridad.

Dejá las bermudas para los niños, las mujeres se maquillan y tu no encuentras
un lugar . ¿Dónde están? Se han ido todos, ni la música me rescata de este laberinto.
Pasillos, escaleras que se adentran en la existencia de un espacio indescifrable.
¿Serán los pensamientos? Será esta sensación de no poder describir el miedo.

Pensé que me golpearías, sentí que una violencia ancestral se desquitaba en mi,
me ofrezco para que puedas decir, dime, - he descubierto que bajo
el agua se puede encontrar resistencia,- me pesas mucho, me aplastas
pero no puedo salir de vos, o no puedo dejar de dejarte entrar.















Aguante Carlitos

Algo está muy lejos...
¿De qué hablar? Si apenas se puede pensar con claridad, si apenas nos miramos, nos llenamos de miedo, despavorido.
Ella tiene quince años, está esperando una bebita. Mad World, la muerte le llena los días.
El tiene 16 años, vive lejos de su familia y la vida por Aldisivi, su papá es lo más importante, y la muerte le llena los días. No tomorrow.
Ella tiene 40 años se acaba de separar, está tan triste, no sabe quien es, siempre miró a los otros para saberse ella misma.
El tiene 35 años, no tiene papá y no sabe decir te amo. No cree que le falta algo.
Y Guadalupe grita -¡Aguante Carlitos, Aguante Carlitos! Tiene 5 añitos y juega en el pasillo del Bº Carrillo, en el carro vacío de algún cartonero que no conocemos, juega con los otros nenes, mientras los grandes lloran por Carlitos. -Dios no existe- dice ella, tendrá 40 años, ya perdió tres hijos. - ¡Aguante Carlitos! ¡Aguante Carlitos!-. Demasiada muerte, demasiada vida. No se puede ni pensar.
¿Qué estamos haciendo?


Salió el sol, después de la bruma que relajaba el cielo hacia la tierra, el aire grávido. No se entiende nada. Es otro tiempo, es otra edad. Son tantas las razones y tan pocas que se asfixian los días cansados de pasar, de pasar, de pasar. Pero si te pierden Carlitos...Guadalupe grita y si te pierden, Andrés sos la razón de vivir de unos niños que no lo son tanto y en realidad si te pierden digamos que nos falta, que nos quita una parte.
La gente que se reúne ahora hace un asado. También otros están en un retiro conectándose con algo. Y yo estoy tratando de decir que lo siento todo.













Azul eléctrico

Llegaba, se deslizaba suavemente
como un pedacito de danza olvidada
Llegaba y deslizaba el pasado hacia el presente
como un fragmento de color en la negra superficie.
Llegaba, se contorneaba suave. Volvía visible lo profundo.
Y se retiraba... primero con el día;
agarraba el color y lo sumergía hacia el volumen
espeso de la noche.
Se retiraba, luego, con la noche

se llevaba los contrastes del silencio,
...te arrañaba un recuerdo...
¿cuándo había sido la noche?
podría ser un sueño
no era capaz de sostener más que el propio peso
¿ de qué se trataba esto nuevo
arrastrado del sinfin de la noche y del día?



...ya pasó todo...
ya pasamos del sueño.








La mañana marginal
Al bulto colorado, acurrucado cómo un temeroso animal,
cautivado por el miedo a los palos y al desdén.
Al verde pasto del potrero (aun verde)
de cinturones marginales, sobre el cual reposaba
el rojo cuerpo ovillado,
tembloroso...más rojo
- a la mirada mezquina que rechazó-

Bajo el cielo límpido de una mañana estival
algún cuerpo de rojo vestido, temblaba de miedo
una mirada lo golpea con decidido silencio.
Un nombre nunca dicho. Un hombre mezquino.
En el bajo de flores,
florecen carmines temerosos de cautiva belleza,
de inexplorada marginalidad.
(La Boca, un sueño que recuerdo por violento y visual, 2013, el duro invierno que pasó)



Náufrago

Respirá hondo, es sencillamente miedo.
El deseo relata espesura mientras la boca dice, no

Mirá de frente al mundo sin extraviarte.
Intenta lo nuevamente, intentá hacerlo bien. Con amor.

Alguna verdad debía existir en este movimiento.
Que el pecho no se te vuelva a hundir.
(Junio 2013, Bella Vista)

Asustada, recaída en afanes subjuntivos...
balbuceos de la realidad.


Postergada, decididamente.

Relatos llegados cómo náufragos
hacia las costas de un presente de post-guerra
ribera de los sueños

- que el amarillento relato disuelva los agónicos amores
ahora que habiendo visto tu rostro salitre, surcados los pensamientos
por el amor engañoso que inventaste para sentirte una miseria-

(Collage del invierno que pasó, entre La Boca y Bella Vista, 2013)

               






                        La historia de las mil truchas que saltaron la cascada

Cuentan que esa tarde llegó un rumor. Desde las altas cumbres...no aun más lejos, desde los lejanos y extraviados arroyos, desde debajo de las piedras, entre interminables relámpagos.
Viajó. Ese rumor desconocido diseminó su misterio, volviendo oscura el agua transparente, ocultando el origen de los ríos.
-refulgentes truenos nacidos de la noche-



¿Cuál era ese misterio que volvía huidizas a las truchas danzarinas de agua dulce?

No podían comprender porqué en el horizonte ya no se leían claramente los secretos de las aguas de los ríos, porque las piedras no guardaban para ellas, las truchas, los secretos minerales, porque los saltos y pendientes, los colores y el verde encantador de todos los paisajes ya no se ofrecían claros.














Entonces se acabaron los murmullos emitidos por causa del rumor, esa noche se extinguieron los relámpagos. Una serpiente que había extraviado el camino llevaba consigo un secreto de coral y en el conjuro de la noche invocaron " las verdades de mediados de septiembre".

El silencio se impuso  (junto con la noche) sobre las cascadas.- una mujer estaba desvelada cerca de la ventana que la observaba no dormir las noches- El tiempo se había acordado y la noche había desprendido del cielo luciérnagas que habían sido soledades.

Cerca de la madrugada se oyeron unos caballos galopar con prisa muy cerca de la pendiente que caía en el río. Llevaba consigo una crecida manantial, la serpiente había desaparecido en la noche y al encuentro de los caballos acudió liviana una estela como brisa de polvo coralino. La brisa se subió a las cascadas, las cascadas se precipitaron por las piedras, las piedras refugiaron vida entre ellas. Lo primero que se supo fue que aquello que penetraba la superficie del agua eran rayos de luz como pinceladas.
Moviose amanecido el cielo.Por la mañana, mil truchas nacían!!!


- mientras con la temprana luz se sumergía en la frescura del arroyo quien hacía eternidades de sus miedos nocturnos-







                        ¿Qué fue de las mil truchas que saltaron la cascada?

La mujer que era vista no dormir las noches por la ventana se lanzó desde una piedra y tras de si, con su nado, una a una las mil truchas se iban convirtiendo en cristales, espejos de las piedras del fondo ahora cristalino del arroyo, pinceladas de la luz de la mañana.
Habiendo esparcido su furia...este rumor decía:
-que el amor era un regalo
que volaba desde la ventana hacia la noche
que recitaba su rumor un sueño
que no quería quedarse dentro-
Y mientras se escuchaba el canto tranquilo - recitado rumor-  avanzaba río arriba, desde las cascadas, entre las piedras de las formas de todo lo que existe, contenida por arboledas...nogales, manzanos , zarzamoras, helechos, cáctus y hierba buena ...
-avanzaba junto al día, nadaba, recogía pequeñeces del arroyo, pequeñeces del color con que fueran bañadas y se arrojaban cual truchas saltarinas, reflejando el ahora claro cielo desde el fondo (¡Siendo afuera y adentro distintos y hermanados)-






Entonces sucedió...que como una espuma espesa, brillante de agua, abundante de frescura.
Sucedió que comprendió en el horizonte el origen del río, aquel punto magnífico, inicio de la vida, del color de las cascadas, de la forma del agua dibujadas en el tiempo.

Mil pequeñas truchas comenzaron a brotar de los espejos y las piedras -diminutas truchas como pequeñeces-

-Ella, se sumergió y danzó para el río.
Entonces, un rugido anunció y con tranquilo nado volviose cristal de una roca, pincelada de luz, TRUCHA DANZARINA-

lustró: Gabriela Demichelis                                                          
Ilustró en palabras: Mercedes Osswald














Bordeador de límites

¿Mundo simbólico? Trasladar al lenguaje, volver a pensar-nos. Simboliza para que lo temible se vuelva aceptable o encuentra un verbo que lo vuelva otro. El lugar en el que terminamos es el borde del mundo. Creíamos en nada y sin embargo todo existía irremediablemente. Por eso chocan las corrientes y provocan el sinsentido, el borde explotado de las cosas. Te pego, te provoco… ¡Valida el mundo! Todavía necesitamos comprender lo que estaba puesto allí a la vista de todos pero desconectado de al menos un universo, no hay tierra; aseguraste que una corriente o quizás dos y que explote el sentido. Un cuerpo desvinculado, una casa sin razón, todo árido, tan árido y transpirado, agotado. Porque chocan las corrientes  ¿Una o dos corrientes? Todo explotado y sin nombrar. Indecible desconexión. Vamos a soñar la disgregación para que se ordene y calme el caos, entonces la ruina será bella y el brillo reluciente de tus copas y el perfume increíble de tus ropas y el perfecto encastre de los hierros que soldabas no será mejor que la imperfecta estabilidad, que el intento persistente de equivocarse y volver por una mínima mejoría. Te espera aquello  que observaste haciendo estallar las aves que circundaban la azotea, el tope de un pensamiento adherido, borrando el gesto singular de sentir y decir lo siento, aun te espera la comunión serena que encauza y contiene las corrientes que discurren , se entrelazan, se diferencian y viajan. En este mundo existe una tercera opción que reúne y conjuga, se vuelve otro, terceridad. Poesía para poder pensar.
















La pobre Juana y el eximio Yerard....

Juana es una mujer adulta de unos 35 años de edad, a Juana le habían contado muchas historias de amor. Aquella mañana había salido un sol esplendido, de esos que dan ganas de salir, sin embargo ella, Juana, lo primero que pensó al levantarse y ver el grandioso día que despuntaba fue- que mal me siento-, él no le mandó un mensaje diciendo lo que ella quería recibir, cuanto la querían, que la extrañaban, que el mundo no tenía color si ella no lo pintaba, que las noches eran oscuros agujeros si ella no las iluminaba con su presencia, (sólo con su presencia)...En fin, ella quería ser el amor a él nunca le había tocado en suerte, fantaseaba con esas historias.

Juana pensaba que algo divino escucharía sus ruegos y lloraba tanto para que eso sucediera, tanto que era impresionante (en el fondo consideraba que sus ojos se volverían más claros y bellos después de un buen llanto) ...Por favor (se decía) que pase algo diferente, lloraba esa mañana espléndida en la cual se sentía tan mal. Una amiga le preguntó:  -Juana, ¿te pasó algo en concreto? . - Juana lloraba, no tenía la menor idea de que decir, sólo sentía algo dentro ( a veces pensaba que era tanto mate que le producía acidez)...

A él, su nombre era Gerardo no le había gustado su nombre cuando era más joven, pero supo amigarse con la venida de los treinta. A él lo sorprendió la irrupción de Juana. Una historia del pasado los volvía a unir. Parecía como si una novela barata Mejicana se hubiera apoderado de la escena. Y bastó eso para que la Juana viviera su culebrón, un amor de novela y bastó el culebrón para que Gerardo saliea espantado de las inmediaciones de los ojos que tanto le habían gustado. El, que para ese entonces en el que Juana lloraba los más bellos días primaverales, se había transformado poco más que en la perfección, el orden y la constancia, la impecabilidad y la serenidad; la elevación y un físico de privilegio...(Algo no cerraba del todo) pero a Juana le alcanzó para llorar, claro, evidentemente ella era peor, se angustiaba porque por ser tan imperfecta tanto como él era de eximio, "El eximio Gerardo" y ell "La pobre Juana". El eximio Gerardo y La pobre Juana, compró la novela al toque, le cerró por todos lados, ella tenía la capacidad para ausentarse de si misma y vivir la vida de visita en la imagen de otro.

Juana no podía parar, una vez iniciada la calesita de la miseria, meta llanto, palabras (muchas), llamados, mensajes, Juana no tenía límites, entonces era esa su identidad y lloraba por darse cuenta, como si se tratara de una revelación que la semilla del mal que posiblemente fuera pegajosa, ruinosa, con moho, balbuceante, olorosa a mezcla de ajo y vino,  esa semilla ahora se había apoderado de ella, olería así, con certeza y Yerard (como le gustaba llamarlo) una de esas veces en que se abrió la calesita, la olfateó...puesto que él era tan perfecto, su vida tanúnica y amorosa; tan hermanada y unida; tan soleada y construída; tan graciosa y conectada...¡¡¡Qué vida tan elevada!!! y ella tan poca cosa, con un olor a vino y ajo heredado del abuelo Oscar, tan pobrecita, tan poca cosa, tan sola, tan abandonada, tan sin herramientas, tan sufriente, tan pero tan pero tan microbio indiferente insignificante. El resultado de este encuentro sólo podría ser uno, el "Eximio Yerard" saldría corriendo y "La pobre Juana" abandonada entre riestras de ajo y botellones de vino barato; ojeras y la miseria del alma que hay de peor.

¿Qué sería de ella que no tenía nada?

Quedaría con la cara pasmada de desesperanza por el mundo al cual nunca podría pertenecer, ni acceder. Yerard se daría cuenta de todo pronto y vendría a decirle que esa era la última ocasión, se llevaría unas pocas cosas de su casa y sería un trofeo en la sucesión de tristezas a las que la pobre Juana ya estaba acostumbrada.

Hubo una vez en que se rieron hasta que les dolió la panza, entonces Juana pensó:- debe ser que yo sola viví semejante alegría- seguramente ella estaba mirando la película equivocada y tan segura quedaba de que eso era cierto que los

platos se acumulaban en la casa, las gotas de mate que habían caído al piso claro se iban sucediendo unas tras otras acumulando tierra y verdor. Y ella, la pobrecita Juana, tan buena que era, tan bonita era abandonada de nuevo, y meta calesita, miraba fijo la sospecha (siempre sospechando de las malas intenciones) adelantándose a lo que pudiese ocurrir, una angustia preventiva, y la ropa sucia que aumentaba...Nada importaba, el eximio Yerard no la elegía y eso alcanzaba para confirmar su desaprobación en el mundo, su confirmación de los márgenes. Juana perdía el tiempo, se perdía en el tiempo, se olvidaba de darse espacio para reflexionar. Una vez instalado el hombre, Yerard en sus pensamientos ya lo sería todo y como ella gustaba de dedicar cada segundo de su existencia a adornar su fascinación se empujaba a si misma hacia abismos harto conocidos.

Juana no sabía gustar de una mirada propia y se vestía de otras -que pocas ganas podían quedarle de verse a si misma cuando caía en pozos de ansiedad- Se veía reflejada en otros que la querían más o menos, pero todo para ella se tornaba tan definitivo...ella quería ser definitiva, pero no podía pues en verdad iba variando la forma tornasolándose con los colores que también otros reflejaban en ella.

Aprender a estar sola, a mirar con amor su vida ...y reflexionar, antes que nada y después de todo. Reflexionar durante...

Juana !!! Pensá!

El otro amoroso se volvía demasiado perfecto. Su vida demasiado impecable.

Juana desaparece en la fascinación. Y los otros triunfantes en el amor, son tanto mejor, siempre mejor que ella. Relucen.

Algo estaba mal ...Juana Pensá!




























(Una conversación de las miradas)


...Tocamos el cielo y la tierra. Nuestra piel se irá endureciendo al paso del tiempo. Como viejos recuerdos, antigua es nuestra edad. Del color y la tierra, seremos el espacio abriéndose paso en la luz...

En abril dirigimos nuestras manos al infinito, entendimos que tocar el aire con la suavidad del color de la primavera que acababa de suceder era una sensación temprana que nos vino a enseñar algunas verdades de la luz y de la sombra.
Nos fuimos aferrando, profundamente, a una tierra que nos dejara expandirnos y crecer en busca de un cielo oportuno. Estábamos creciendo juntos, vos tenías en las manos la vitalidad de la madera y yo los nutrientes para crecer. Sabíamos y ya sin palabras; de un arrullo como un canto...  nos complacía la comunión de nuestros jóvenes días. Con aquel amigo liviano y mensajero nos sacudimos los deseos de seguir nutriendo de novedad el suelo.Cada mañana el color nos vestía y en la tarde abrazábamos a los niños que jugaban con los verdes y perfumados retoños de un abril  -¿aquel abril?-.
Si de esta existencia perfumada con el eco de las horas y de los vuelos que hemos visto suceder - siempre hacia la luz- si de este mirarnos ir yendo, tomando el agua de la lluvia que caía en goteras del techo del patio que armaste sabiendo de la madera como si fueras ella, si de sacudirnos con el viento un otoño prometía florecer...entonces- cada vez -se alegraba el suelo con la fascinación de los niños por encontrar entre las ramitas, la tierra y las raíces un fruto que había sido verde y que ahora guardara en su interior un tierno secreto que sería la alegría del próximo invierno de todos los ojos mínimos que acudieran presurosos a encontrar bajo la sombra de una mañana,  un manjar escondido dentro de una cáscara.
En verano dibujamos en el piso, con la sombra y la luz, frescos entramados, y con el viento  jugamos a hacernos cosquillas en la corteza. Me hacías cosquillas a la tarde y se me caían las nueces de las manos (me he vuelto algo vieja pero guardo entre mis dedos algunas lluvias, algunas vastedades). Respiramos, respiramos......profundamente... llenando de perfume el pecho. Bajo esta fresca sombra, nos fuimos expandiendo y hacia lo alto, cubriendo el fondo de la casa, llegamos a tocarnos las ramas de las amplias manos, extendidas hasta la ultima hoja de nuestra copa.
.
Nuestra piel fue dibujando el tiempo con marcas, huellas de una edad, recordando la existencia.
-  Siempre cerca tu sombra de la mía, reconozco tu textura, tu historia, tu manera de tocar la tierra. Nada sabemos de palabras, la historia la contamos con el viento de este valle.-

Queríamos recordar esta vieja rama, -mirala bien...sobre esta vieja rama.... se ha  posado el sol.
¿Recordas, viejo compañero?. -una risa estrepitosa-.
Estábamos sacudiéndonos con gracia  las cosquillas que nos hacía una gota al deslizarse por nuestros brazos. Sentía la tibieza de un abrazo infinito, me nutría por dentro, -dulce y cálido compañero. ¡Qué perfume ahora desprendido!...-estábamos juntos dando sombra a aquellos niños; y  me sentí tan viva, tenía sabor a luz y a tierra. Al abrazo fecundo de esa hora sucumbieron los antiguos dolores del Valle, silencioso, agobiado por las piedras insoladas y sedientas. Reverdecimos, nos iluminamos, fuimos fecundos, las risas nos llegaban desde los pies, una mano chiquita se deslizaba recorriendo la textura de nuestra forma de ser.
-Era la primera lluvia del otoño y un fresco primer sol-.
Expandimos nuestros brazos y pies, crecimos, fuimos jóvenes y fuertes, nos deleitamos con las manos mínimas  que iban recogiendo disparates del suelo de la risa que me causaban tus cosquillas. Me conmovió la plenitud de esas horas y me brotaron alegrías por todo el cuerpo.
- Me tocaste con tu risa y yo respondí estrepitosa- .
¿Podías imaginar entonces que nuestra casa iba a ser el fruto del tiempo y de las manos fuertes? ...madera y nueces.



Había que olvidar, pues el sonido ya no se apagaría nunca.Olvidar... miserias humanas invadieron el valle con la luz nocturna colgada de un hilo, recortaron la tierra, los grandes carros cercenaron el paisaje, ¿Por qué no callaba nunca ese sonido? Maquinas, cables, gente por todos lados, la caña de azúcar incendiada, no tenían más trabajo mis manos...El algarrobo, ¿quién tenía el tesón, el amor de labrar su textura, de oler su perfume, de ver su interior, los dibujos de su piel algarrobada, de hacer con él los cimientos de un patio, las vigas de una casa ? labranzas de la madera.
E iban avanzando sobre nuestro patio, querían entrar en nuestra sombra, recortarnos los hijos, quitarnos la risa que nos daba alimento para continuar protegiendo un pedacito de Valle. Es la historia de los hombres, fue nuestra historia también, ¿te acordas? . Cuando eramos hombres y cambiábamos el trabajo de nuestras manos por un metal ridículo que servía para comprar la luz que pendía de un hilo. Había que negociar, pues los hijos crecían en este mundo,  nos aturdimos y poco a poco dejamos de escuchar. Una maquina incesante se acercaba cada vez más a las ventanas del patio, entraba el sonido por todas las aberturas del Valle, nos avanzaban porque eramos viejos y teníamos el color de la madera, nos confundían, querían desarraigarnos. Aquella noche lloramos, fue un invierno crudo, el Valle tomado por el sonido que no era de los pájaros ni del viento ni de los frutos al caer,  un sonido que no era el de mi mano golpeando la cáscara de esa nuez para abrirla y ver si tendríamos frutos secos ese invierno...lloramos mucho, tanto que los baldes del patio rebalsaron, se salía el agua de los grifos, goteaba el techo por todos lados, inundado el patio y el fondo de la casa (un mar de lagrimas como el cauce de un río), las raíces de los árboles se agarraron profundamente en la tierra, afianzaron su sombra en el fondo y se metieron por debajo de nuestro cuarto, envolvieron nuestra cama, perfumaron la noche y la luna nos mostró un guiño de luz por la ventana, no era un guiño pendiendo de un hilo, era la luna del Valle que se acercaba a regalarnos la noche. Nos compartieron el silencio nocturno y nos quedamos allí, escuchándonos con la mirada.

Hoy hablamos casi como si respirásemos, poco nos hace falta para comprender. Compartimos este espacio de tierra y crecemos dando una sombra fresca a las viajeras que llegan agobiadas por un mediodía cansado de caminar cuesta arriba buscando quien sabe ...que! en el fondo de que cosa.


Sabemos de esos misterios en el fondo de nuestro patio y los guardamos en secreto. El viento es quien enuncia y hay que saber oír lo que no se escucha y hay que saber leer lo que no se escribe con palabras.
Por esa mueca de alegría que nos hicimos con las manos nos creció un patio y fue tu historia la madera y las flores mi deseo, a la sombra fresca de nuestras únicas verdades, bebiendo la lluvia que cae del techo.
Veo mis manos, se parecen a la sombra que me guareció todos estos años. Nuestra piel, viejo compañero, se ha tornado rugosa y texturada, nuestro cuerpo se expande en la contemplación de la tierra.
Es el tiempo un especial perfume que se desliza por entre las hojas. ¿En el fondo de que casa crecerán los niños? ¡Dales alimento!.
No sabíamos demasiado. ¿Del ahora que? No sabíamos antes y tampoco ahora, entendemos que la noche se alza lejana, inunda el valle y el patio. No sabíamos entonces y nos sacudimos los frutos de las manos, un mate dulce, -asentimos con la cabeza-, un quesito criollo... La mirada interna, ahora que el sonido no se apaga nunca.
¿Para qué saber de esas humanidades que no crecen con nogales?
Si...te escucho sin palabras, nos escuchamos y esta conversación no está aquí. Sin testigos,- aunque parece que algunas viajeras nos espían esta mañana-, viajaremos juntos a la tarde....  creeremos en el Dios de los Valles, pues otro tiempo nos convoca.  Respira....hondo....¿sentís? yo puedo sentir tu perfume, lo trajo el viento de esta mañana. Dejemos la ilusión de la humanidad  y vayamos a hacernos cosquillas con las ramas, ahora que recién cayó la lluvia y ya los baldes están prontos para recoger el agua . Hay un sonido que nunca se apaga y no es nuestro, no es nuestra charla.

Por Mer Osswald
Fotografías: Valeria Martinez





















Al Mediodía


Apoyada sobre su mochila, la luz del mediodía
logra entibiar su corazón.
Voluntad de existir...
Piensa que es sólo un breve espacio de tiempo,
el miedo en su cuerpo fugazmente disipado.
Perseverancia en ser...
Su cabeza se inclina  hacia atrás,
el aire penetra sus pensamientos.
Esa hora, auqellos minutos que se retiran, permanecen,
se ha dado el permiso de eternizar.
No es un punto de arribo es una condición,
un estado permitido.
Y son tantas  las posibilidades y ella , tan humana,
que se diluye el prejuicio.
Hermanada, el mundo es la condición humana.
Tiene la mirada abierta, naturalmente
sin esfuerzo por ser...
y percibe las hojas verde-amarillas, iluminadas por el sol
y entre tanto se deja...
y se deja ver el espacio azulado
que se expande ahora para ella y para todo el que lo precise.






Mansamente , un regalo tibio y despreocupado.
Ella se levanta, sin esfuerzo y se retira
ya es hora, llega a tiempo, el mundo se parece a sus pensamientos.






































La quinta temporada II


Otra temporada, profundamente, entre medio de sueños
arrebatos de nostalgia, sinsabores de la tarde noche.
Pensar que es insuficiente, deseo es falta.
Ausencia, invernal llegada del desvelo.
Otra cosa sería ver que es posible la mañana
el encanto de saber perder lo que no puede poseerse.
Y sino interroguemos a las noches,
pensar que queríamos detener ese tiempo magnifico
en el cual no estaba agotado el intento.
Alguna verdad percibida, sabés bien de que se trata,
Y sin embargo acontece y devenimos en el error,  No hay nada que crezca
en la aridez de un invierno de cemento.
Escaleras sin apoyo, balcones sin acabar, eternos techos que se elevan
y aplastan mis expectativas. No pude discernir, no pude saber quien era quien,
y enfermé de desilusión.
Otra vez, de nuevo voy a intentar sacar un ala, volar un poco, no escuchar los relatos
de pobreza que se meten en mi.
Quien quisiera sacar de aquí al mendigo que me atormenta.





























El contorno y la noche

Noche, envuelta en el tiempo y despierta de sueños.
Día, envuelto de sudor y anochecido de sueños.
Y la tarde que se desliza queriendo recuperarse.
Es obra del tiempo contenerlo todo, es cuestión de los hombres
recordarlo y es materia de la noche recuperar lo insignificante.
Suspiraste al llamar, 5 am ¿porqué te habré llamado a vos? si la vida nos separó
ampliamente, quería recordar el rechazo. La foto, los rostros, coreografía del pasado
actualizado en una sensación que se presenta, aun se presenta. Increíblemente
se reanudan las primeras sensaciones, como si no importara tanto la exactitud de lo recordado
sino la exactitud de lo sentido, la imborrable percepción con la que teñimos ese momento.
De la verdad...todos hemos olvidado un poco. Estamos a oscuras, somos tres, pero podríamos ser cuatro. Y nos sentamos pero la voz de mi garganta no sale, otra vez, estoy en el espacio indicado. El contorno y la noche.





















Buenos Augurios

Bueno augurios, a pesar del gris devenir del día y de la noche anterior.
Nuevos caminos han sido trazados, respuestas inesperadas.
Pacientemente hilvanar, permitir le al sentido deslizarse entre la comisura
de las noches.
Buenos augurios atravesar la incertidumbre e ir hilvanando pacientemente
esta duración. Sucede que en lo idéntico desaparece el deseo.
Una grieta, un hundimiento en la corteza te permite respirar un afuera
desconocido que viene a obsequiarte con lo nuevo.
Poder entrar y salir sin desaparecerte cada vez.





















Un pullover azul

Para Esteban

Imaginate...
Descorrer, como si se tratara de una cortina, el tiempo, no como mirar una vieja foto, más bien como entrar en el tiempo. Justo en el momento en que las cosas de la vida, la familia, el trabajo, las amistades, el sentimiento amoroso, pedían a gritos una nueva posición...Encontrar otra manera, de eso se trataba.
Te metiste en el tiempo como si tocaras su fibra íntima, la experiencia, y entonces la noche que para esa altura era desubicada, el breve verano en el invierno...lo cubrió todo, un cuerpo con la piel expuesta, un vestido y el espacio circundante, todo de azul, de ese que deseas tanto, un pullover azul como la noche, como esa noche que lo cubriría todo arrastrando hasta hoy y en la superficie algo íntimamente guardado.

¿Cuánto tuviste de extranjera todos estos años o ayer en el recuerdo descubierto? ¿Qué es lo propio?
Ayer pensaste que la noche era propia de la felicidad (así, de ese modo debía ser estar íntimamente tranquilo), el olor flotaba en el aire congeniando en perfecta armonía con el azul y las copas de los árboles confundidas por la seudo primavera que volvía la mirada extrañada por la alegría floreciendo.
Y la noche de ayer, fue como otra noche, una de hace todos los tiempos en la que perfumada recientemente por tu florecimiento salías a la calles de ese mismo barrio y podrías jurar que anoche fue un fragmento de la noche, un pedacito de esa noche de hace toda una vida.
Y por esa casualidad, si es que existe semejante cosa, o causalidades de la vida miraste el lugar exacto en el que había comenzado la vida.
No como quien mira una vieja foto sino como quien encuentra un espacio de tiempo (azul como una noche de verano en invierno) flotando dispersa en la aventura infinita del tiempo, de tocar la experiencia del tiempo, dislocarla y volver a sacar el colchón al balcón y luego (recursamos el tiempo, justo ahora que había necesidad) darte cuenta que desde aquel recuerdo había viajado él, que paseaba en bici, que silencioso como era también llegaba hasta ese presente de antigüedad sin medida de tiempo. Por ese entonces, te creaste un mundo para tener, para que sea posible una infancia. Te dibujaste una rayuela en la puerta de esa casa que volviste a visitar anoche, y jugaste todo el día, luego sentadita, florecida en el umbral, ya llegaría alguién a casa, no había olvido había infancia.





Me tomé el 76 al revés

Han pasado muchos días, ha  pasado la hora indicada...
Liberemos nos, no más jóvenes atados en los confines de la ciudad y no más voces deteriorando su identidad.
¿Igual o distinto?
Era necesario atravesar y ver... Acá, realmente existe una pobreza que da ganas de llorar.
Las cabezas aniquiladas por tener que consumir los deshechos del mercado de consumo ya podrido y encima residual.
-me duelen estos pensamientos-
Se deshacen como alas de polillas las verdades. Se deshilachan tus categorías,el tejido social está quebrado. Dan ganas de llorar.
-Tu vida, tu vida, nuestro mundo...El día que nos demos a luz, que sea por amor-
Hoy, unas profundas ganas de alzar vuelo y mirar tranquilamente un río transcurrir
tras la frondosa vegetación. Sí volara lo haría como  bajando por Bolivar en el Parque Lezama,
dejándome deslizar en una corriente de aire y ahí mismo iría viajando de aire en aire,
convencida del rostro sosegado de vuelo.














Controlcécontrolvé/Patrimonio


La primera desconexión, un recorrido.
Para robar historias de amor es necesario volver extraño el recuerdo. Quizás actualizarlo,  el recorrido va adentrándose en la experiencia y al llegar a...pongamos por ejemplo un centro, que puede ser un costado según como se lo mire, al llegar al centro, el onírico paisaje de la noche, la que se sueña a si misma, sucede lo que esperábamos que sucediera MUJERES-PERRO, una ruptura en la sistematicidad generó la dislocación. Toda maquina posee y muestra su falla y en la maquina de ensoñaciones que exhala la noche permite a la expresión ser como pueda ser.
¡Un momento! ¿¡Quién está dislocado!? O soy yo la maquina que falla, mi percepción se desintegra.
Y que cosa es la perfección sino la ruptura de toda habitualidad, porque suena bien y porque es cierto.
Una maquina de soñar, los prisioneros de la noche, relieves nocturnos, son furtivamente atrapados bajo sonoros deslizamientos adheridos al espacio. Presente adhesivo.
Tibios, volumétricos hombres, perpetúan un sueño, adheridos a un presente (algún presente).
Museo de cera, devuelve la vida a los durmientes...lo posible es deshilvanar.
Ctrl X. Borrar

















Mal de ojo


¿Qué fueron esas luces?
quedar retenido dentro de un espejo...
él, que debe señalar hacia fuera
me muestra  hacia dentro
durando durante el reflejo.

Él, me muestra las noches
me convida una magia oscura,
que... acaso ¿ no sabe que posée...?
y me convida un olvido reseco
que dibuja grietas
en la piel, en la boca.

¿Quién mira a través de esa desaparición?














Brian, como suena



Como suena, sin más vuelta.
Corta la bocha.
Acostadito se termina la historia...
-sigo sin entender-
ese pequeño rincón del comedor
...y tan absurdo que  es todo...
de esto se trataba lo siniestro;
de observar yacer frente nuestro
las posibilidades concretas
¿...te animás a imaginar?
luz y misterio
música amarilla, pálida,
brisa inverosímil
trataste de mirar por la ventana
-había ventana-
mirar hacia afuera con animo de contemplación
aun cuando no hay nada para ver
luz y misterio
perdimos la memoria
de tus jóvenes días.
( Mayo de 2014 Barrio Ramón Carrillo, Villa 1-11-14, para Brian que fue asesinado de un tiro en la cabeza  el  1 de Mayo a los 15 años de edad era alumno de primer año de la escuela 6 DE 19)







Suciedad

Caribdis y Escila.
Estrecho del mar
-me escondes criaturas horrorosas-
cantos de sirena llegaron desde las costas uruguayas...
recordaría el dolor
y la marea subiendo hasta la mitad de la cara
o era ese baño del que presentías los insectos ahogados
por el agua estancada de aceites
-cantos de sirena-
rumores de la muerte decidida,
mirándote a los ojos llegaba la burla;
la inocencia sostenida
con la mitad de la cara tapada por el agua gris y espesa
los deshechos arrojados a la rejilla.
-miseria de familia numerosa-
La inocencia se tiró desde el balcón
mirándote a los ojos.











No hay comentarios:

Publicar un comentario